lunes, 13 de octubre de 2008

Fotos de atletismo. 1218. Recuerdos año 2008. Serge Girard correrá 42.000 kilómetros sin una sola jornada de descanso

 

Necesidad de sentirse vivo. Serge Girard (París, 1953)
justifica sus proezas porque asegura que “necesita sentirse vivo"





Serge Girard, ultra fondista francés, está en Barcelona (de la mano de Mizuno) para presentar su nueva aventura. Coincidiendo con la Feria del Corredor previa a la Maratón que se disputa hoy por las calles de la Ciudad Condal, desglosó los pormenores de esa ‘locura’ –porque así puede calificarse, aunque él lo niegue con vehemencia– que tendrá lugar entre marzo de 2009 y el 2010. Se trata de recorrer el equivalente a 1.000 maratones (42.000 kilómetros) sin una sola jornada de descanso y realizando una media de 80 kilómetros diarios a través de los cinco continentes. Antes de entrar en materia, es necesario conocer al personaje. Sepan ustedes que Girard abandonó su trabajo como asesor financiero para dedicarse en cuerpo y alma a las carreras transcontinentales. Su última aventura se remonta al 2005-2006, cuando completó la Trans-Eurasia. El recorrido, de más de 19.000 kilómetros, empezó en París y finalizó en Tokio. Durante más de 260 días, Serge Girard atravesó 19 países sin descansar un sólo día y realizando una media de 73 km diarios. Nuestro protagonista empezó a correr a la edad de 30 años y se entrena una media de seis horas al día. ¿Por qué razón afronta una carrera de esta naturaleza? Después de haber atravesado los cinco continentes necesitaba encontrar otro desafío que fuera superior a los anteriores. Es una manera de ver otros mundos; es verdad que podía correr en un estadio, pero de esta forma a la vez que corro, viajo. ¿Qué trata de demostrar con ese reto? Que lo que realmente prima es la voluntad y el querer hacer las cosas. La voluntad es determinante para llevar a cabo lo que te propones.¿Cómo se prepara un ser humano para afrontar una experiencia de semejante magnitud? Las anteriores travesías ya me han servido de preparación, pero además realizo un entrenamiento diario de 40 kilómetros. Estoy habituado al esfuerzo y al sacrificio. Sé lo que es y no me asusta. ¿Qué diferencias hay entre el reto que se dispone a afrontar y otros pasados? La duración, ya de entrada, es casi el triple que las anteriores, travesías ya que voy a estar veinte meses corriendo. Además, pasaré por países que aún no he recorrido anteriormente, como por ejemplo España, Indonesia o el oeste de África. En el supuesto de que consiga su propósito y complete todo el recorrido, ¿qué le quedará por hacer en el futuro? Seguramente un montón de cosas. Ahora tengo en mente la vuelta al mundo, pero antes de acabar este reto seguramente ya habré encontraré otro. Hay mucho por hacer...Dígame, en una prueba de estas características, ¿qué es más importante, el físico o la cabeza? El 80% es mental, el resto es físico. Incluso en caso de dolores o catarros es la mente la que toma la decisión de continuar. Qué es lo que más le preocupa en estos momentos, ¿el frío extremo de ciertos lugares o el calor tórrido de otros…? El calor extremo es mucho más duro que el frío. En estos casos, me pongo un hielo en un pañuelo que me ato al cuello para poder soportarlo mejor. De todos los países que va a atravesar, ¿cuál es el que le produce mayor inquietud? Me preocupan, especialmente, Colombia y Panamá, por la presencia de las FARC. En Panamá están presentes en la región de Darien, una zona de bosque con población salvaje y eso me da cierta inseguridad. ¿El que más deseo visitar...? España (sonríe). ¿Tiene usted algo de Forrest Gump? ¿Se considera un ser solitario? Es un poco paradójico. Me gusta mucho la soledad, pero cuando paso por diferentes sitios en los que me acompañan niños corriendo, me encanta. Me considero un Forrest Gump para los niños, sí. Cuando completa uno de sus retos, ¿qué sensación le queda? Algunos expertos hablan de un estado de cierta alucinación parecido al que proporcionan las drogas... Sí, es cierto, es parecido, pero para mí ese estado ocurre durante la carrera, no al final. Cuando acabo un desafío lo que siento es una enorme tristeza. Es duro regresar a la civilización. En su opinión, ¿cuál es el límite humano? No hay ningún límite. La voluntad del ser humano es mucho más fuerte que la tecnología. ¿Ha hecho usted de este tipo de retos no sólo una forma de vida sino también de negocio? ¿Le da para vivir…? Hacemos libros, realizamos conferencias, producimos vídeos sobre los desafíos, pero vivir gracias a esto, tampoco. El rendimiento comercial es escaso. Todo depende de los sponsors y por eso estoy muy agradecido a Mizuno. ¿Su círculo más íntimo puede entender las aventuras que usted acomete? Ahora sí, aunque al principio fue difícil. Como todo el siente una gran pasión, soy egoísta y asumo que antepuse mi ilusión a la de mis propios hijos. Ahora ya son mayores y comprenden que esto es lo que realmente me hace feliz. Son los primeros en apoyarme. ¿Considera que lo que usted hace tiene algo de locura? Puedo entender que los demás lo piensen, pero yo no lo creo. ¿Cómo es el mundo? Yo lo veo bello; los humanos son buenos; los que son malos son sus dirigentes.




atletismo 13 oct 2008 (692)

3 comentarios:

  1. Este tío es genial. Menuda hazaña.

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  2. Anónimo4/29/2008

    da que pensar.. sobre lo que creemos que se puede hacer y lo que no..
    Es como un jarro de agua fria que te obliga a despertar

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  3. Anónimo4/29/2008

    Cuando yo realizaba un entrenamiento de 30 kilómetros se me quedaba el cuerpo que decía: vale ya has llegado a tú limite Blas...para otros los límites parece que no existen.
    Saludos

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